CADENA ALIMENTARIA DE LOS ECOSISTEMAS


Los dos grandes grupos que componen un ecosistema (bióticos y abióticos)
 se unen o interrelacionan a través del flujo de energía que proviene del Sol y del ciclo de nutrientes que ocurre en cada ecosistema. Los organismos autótrofos utilizan la energía que reciben del Sol para generar su propio alimento (gran parte de la vegetación verde a través de la fotosíntesis). Estos organismos constituyen el nivel «productor» de un ecosistema.

La materia orgánica generada por los autótrofos impacta de manera directa en los organismos heterótrofos que no pueden generar su propio alimento (todos los animales, los hongos, las bacterias y muchos otros microorganismos) y constituyen el nivel «consumidor primario» de un ecosistema. Otros organismos se alimentan de los consumidores primarios y constituyen el nivel «consumidor secundario» de un ecosistema, y así continúa la secuencia entre consumidores.

El movimiento de la materia orgánica y la energía desde el nivel productor a través de los diferentes niveles de consumidores constituye la cadena alimentaria. Un ejemplo de este proceso en cadena es el pasto (productor) que es comido por un ratón (consumidor primario), quien luego es comido por una serpiente (consumidor secundario), quien más tarde es comido por un halcón (consumidor terciario).

El eslabón final de toda la cadena alimentaria está conformado por los descomponedores que son organismos básicos y esenciales que se alimentan (o descomponen) de los restos de los organismos muertos y además deshechos orgánicos. De este modo, la materia se recicla a través de los ecosistemas terrestres.


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